Cómo afecta el calor a nuestra piel y cómo combatir los efectos adversos

Los días de calor empiezan a ser una realidad con la llega de la primavera. Las ganas de salir a la calle y disfrutar del exterior cada vez se van haciendo más grandes. Aunque es inevitable tener ansias de disfrutar de los días soleados, hay que tener muy en cuenta que los rayos del sol pueden ser muy perjudiciales para nuestra piel, por lo que será conveniente tomar ciertas medidas preventivas.

La pérdida de agua que se produce con el calor hace que la piel esté más tirante y sea más susceptible de irritarse, debido principalmente a una mayor sudoración. Esta tirantez se produce más frecuentemente en las pieles más grasas, por lo que será importante lavar bien este tipo de pieles después de sudar si no queremos que se dañe de forma severa.

Cuando aumenta el flujo sanguíneo se produce también un exceso de calor que llega a la superficie corporal, pudiendo dañarla. Además de la irritación, se pueden dar eczemas y psoriasis y, aunque generalmente con el sudor el cuerpo se libra del calor sobrante, en algunas ocasiones un golpe de calor puede desencadenar problemas de salud más importantes.

5 consejos para cuidar nuestra piel del calor en primavera y verano

 

Aunque es inevitable que la llegada del calor afecte en mayor o menor medida a nuestra piel, sí que se pueden realizar acciones que van a ayudar a minimizar los efectos, como, por ejemplo:

  • Estar protegidos del sol, intentando no estar demasiado tiempo expuestos a los rayos solares, ya que éstos pueden afectar a nuestra piel.
  • Hidratarse frecuentemente, ya que mantener los niveles de agua en límites óptimos va a mejorar el estado de la piel.
  • Usar protectores solares que eviten la agresión de los rayos ultravioletas.
  • Tener una correcta alimentación, que ayudará a proteger nuestra piel ante las inclemencias climatológicas.
  • No abusar de ventiladores y aire acondicionado, ya que perjudican a la humedad de la piel.

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