Celulitis

Tratamiento celulitis

Degeneración del tejido graso

celulitis

La celulitis es uno de los quebraderos de cabeza de tantas y tantas mujeres. Se trata de una afección presente en un 95% del total de la población femenina. Además, puede ir aparejado de obesidad o sobrepeso, aunque se esté incluso muy delgada. También los hombres, aunque habitualmente en menor medida, pueden sufrir esta afección. Las zonas que más suelen verse afectadas son las caderas o parte baja de la espalda, brazos, abdomen, piernas y glúteos.

 

La aparición se debe a que se genera grasa, agua y toxina que imposibilita la buena circulación de la sangre, por eso se degenera el tejido graso. Tratarse a tiempo de celulitis evitará que el problema se empeore por la acumulación de agua, grasas y toxinas.

 

Por suerte, en Clínica Barrachina disponemos de un gran número de tratamientos para la celulitis. Entre ellos:

 

  • Lipolift: Este procedimiento consiste en la aplicación de unas bandas de calor profundo por infrarrojos. El tratamiento dura 10 sesiones realizadas en días alternos. Su objetivo es actuar sobre el agua y el tejido graso, eliminándolos a través del sudor y la orina, por lo que es totalmente natural e inofensivo. En nuestro centro estético solemos acompañarlo de dietas de adelgazamiento, ya que la pérdida de volumen es muy importante.
  • Mesoterapia: Se realiza 1 sesión semanal durante 10 semanas. Está más indicada para personas delgadas con celulitis o acúmulos de grasa localizadas. El tratamiento consiste en la aplicación de microinyecciones intradérmicas de distintos medicamentos, vitaminas y proteínas que facilitan la eliminación de las grasas y el agua y mejoran la circulación sanguínea.
    La mesoterapia también se aplica en la zona del rostro para conseguir el rejuvenecimiento cutáneo mediante vitaminas y minerales que se inyectan de forma superficial.
  • Presoterapia: Es una técnica mecánica que facilita la circulación y la eliminación de productos tóxicos acumulados en el organismo. Consiste en ejercer un masaje mecánico por presión mediante un aparato que controla los movimientos de un líquido en el interior de unas bolsas a modo de pantalones. Está especialmente recomendado para personas que sufren de piernas cansadas y celulitis en dicha área.
  • Reafirmación corporal: Con ella se trabaja la musculatura con unas bandas de corrientes farádicas especiales que rehabilitan los músculos. Se puede utilizar también en la cara para evitar el descolgamiento o la caída muscular facial, previniendo de esta manera la aparición de surcos y arrugas.
  • Electrolipolisis o celulolipolisis: Por medio de unas agujas intradérmicas a través de las las que transmitimos una corriente eléctrica, se consigue disminuir la celulitis y volúmenes locales. Se realiza una sesión semanal y se obtienen resultados a partir de la octava sesión.
  • Ultrasonidos: se utilizan para romper las trabéculas o tractos fibrosos que aparecen en la celulitis, responsables del aspecto granuloso de la piel. Se aplica junto a la mesoterapia.

Tras un cuidadoso estudio de su caso nuestros profesionales le asesorarán a la hora de decidir cuál es el tratamiento de la celulitis que más le conviene aplicarse.

Tratamiento Hidrolipoclasia

Si lo que estamos buscando es la destrucción de la grasa acumulada en distintas zonas del cuerpo, la hidrolipoclasia es el tratamiento adecuado. ¿Por qué? Porque este tratamiento médico no quirúrgico permite que nuestros pacientes vean disminuido su contorno corporal así como eliminada la grasa localizada.

Las recomendaciones de uso de este tratamiento son dos: por un lado, para tratar adiposidades de la pared abdominal y de los miembros inferiores; y por otro lado perfecto para aplicar en zonas como la papada, ayudando así a definir su contorno.

¿Cuál es el impacto estético del tratamiento Hidrolipoclasia? Cabe destacar la disminución del volumen graso corporal, así como del panículo y del tamaño de los nódulos grasos de la celulitis. Por ende, mejora el rendimiento deportivo al aumentar la capacidad para hacer ejercicio físico, disminuyendo así el riesgo cardiovascular.