Los tratamientos para la eliminación de grasa son abundantes, pero pocos como la técnica de la cavitación, que está empezando a utilizarse cada vez más con grandes resultados. La cavitación es una técnica no quirúrgica que elimina la grasa mediante el uso de ultrasonidos de baja frecuencia, consiguiendo los mismos resultados que con una liposucción, pero sin tener que intervenir de forma invasiva.
Para eliminar la grasa, los sonidos de baja frecuencia se aplican sobre la zona donde se concentra ésta, disolviendo las células adiposas desde el interior. Posteriormente, la grasa se va eliminando gracias al sistema linfático o a través de la orina. El resultado es un aspecto normal de la piel, una mayor elasticidad de los tejidos y una mejor circulación en las zonas donde se realiza.
Cada sesión de cavitación tiene una duración aproximada de entre 30 y 40 minutos, acompañándose a veces con otras técnicas como masajes que favorezcan la circulación y la eliminación de las células grasas. Los resultados deseados se alcanzarán tras pasar, al menos, cinco o seis sesiones, pudiendo llegar a ser necesarias unas cuantas más.
5 grandes beneficios de la cavitación
Los beneficios de este tratamiento son numerosos. En este artículo, hemos querido recoger los más importantes:
- Mejora la circulación sanguínea, ayudando también al tránsito intestinal.
- Mejora el aspecto de la piel, al ayudar a la elasticidad de la misma. Cuando se pierde peso, la piel no queda estirada, por lo que es necesario “ayudarla” a conseguirlo.
- Elimina líquidos cuando se combina con drenaje linfático, además de toxinas varias que se acumulan en los tejidos.
- Elimina la celulitis y la piel de naranja.
- Se elimina la grasa localizada, pudiendo quitar grandes volúmenes en cada sesión, consiguiendo con varias de estas sesiones alcanzar un aspecto idóneo.
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